De alguna manera lo dijo Florentino Ameghino: ¿Habrá que cosechar agua?

La posibilidad de una nueva sequía aparece en el horizonte y en el sector agropecuario buscan evitar que se vuelva a dar una nueva emergencia hídrica, por lo cual llaman a acuñar un nuevo concepto: el de “cosechar agua”.

El director de la Agencia de Desarrollo Rural de Canelones, Pablo González, se expresó en ese sentido al considerar en diálogo con Radio Carve que es necesario “recolectar agua durante los meses que más llueve para utilizar cuando hace falta”, algo similar a lo que se hace con las pasturas, para evitar las consecuencias de un eventual déficit hídrico.

González advirtió que las precipitaciones de los últimos meses no alcanzaron a revertir la situación y los pozos de agua en ese departamento siguen secos, por lo que apuntó a avanzar en medidas preventivas.

Al mismo tiempo, ya finalizada la emergencia hídrica decretada por el gobierno nacional, destacó que la Intendencia que conduce Yamandú Orsi tomó medidas como brindar asistencia diaria de agua a unas 30 familias de la zona rural, así como la limpieza de tajamares y pozos locales.

En esa línea, en Canelones se avanzó con la entrega de bebederos y la futura instalación de diez pozos semisurgentes en puntos clave, así como la instalación de bombas solares.

Resumen sobre el planteo, aún actual, de Florentino Ameghino

A fines del siglo xix cuando el sistema de lagunas Encadenadas comenzó a secarse, Ameghino y otros estudiosos de la época habían advertido sobre la necesidad de resolver el problema de las grandes sequías mediante un sistema de canalizaciones que permitiese retener en la región volúmenes de agua excedentes en los períodos ricos. Esto quedó plasmado en su libro Las secas y las inundaciones en la Provincia de Buenos Aires,  contemplando la derivación de las aguas dulces excedentes hacia zonas bajas para crear reservorios (que servirían de recargadores del acuífero Puelche o reserva en épocas de sequía), la forestación de las orillas de cursos fluviales y de zonas afectadas por la erosión, la piscicultura intensiva en los embalses a crear, y la posibilidad de construcción de una red de canales navegables con esclusas de navegación para el transporte a bajo precio mediante gabarras de las producciones regionales.

¿En qué consiste el fenómeno de La Niña?

La Niña es un fenómeno climático que forma parte del ciclo natural-global del clima conocido como El Niño-Oscilación del Sur (ENOS, El Niño-Southern Oscillation, ENSO por sus siglas en inglés) y puede durar de 9 meses a 3 años, siendo más fuerte mientras menor es su duración.

Cuando existe un régimen de vientos alisios fuertes desde el oeste, las temperaturas ecuatoriales disminuyen y comienza la fase fría o La Niña.

2 . ¿Cuáles son las condiciones atmosféricas de La Niña?

El Inicio del fenómeno La Niña, que se caracteriza por un fortalecimiento de los vientos alisios que confluyen en la zona de convergencia intertropical y un desplazamiento más temprano de esta hacia el norte de su posición habitual, además de un aumento de la convención en el océano pacífico, al oeste del meridiano de 180°, donde la temperatura del agua superficial del océano sube de su valor habitual (28 y 29 °C).

Durante el desarrollo del fenómeno de La Niña se produce un debilitamiento de la corriente contra ecuatorial, lo que ocasiona que la influencia de las aguas cálidas proveniente de las costas asiáticas, afecten poco las aguas del pacífico de América. Se intensifican los vientos alisios y, con ellos, se fortalece la corriente ecuatorial del sur, especialmente cerca del ecuador, arrastrando aguas frías que disminuyen las temperaturas del pacífico tropical oriental y central.

Por Leonardo Baldo – Crédito: AgroLink

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *