Seguridad vial: Buscan reducir a 30 kilómetros la velocidad en las ciudades

En el marco del segundo decenio de acción por la Seguridad Vial que busca cumplir la meta de reducción en un 50% de las muertes por accidentes en las rutas, en Argentina se intensifica una campaña para reducir a 30 kilómetros la velocidad en ciudades.

En la Argentina, la Asociación Civil Luchemos por la Vida y la Asociación Madres del Dolor realizaron una campaña desde agosto del 2020, tras la semana mundial para la seguridad vial, de reducir «las velocidades de circulación en general y especialmente, en zonas urbanas donde haya mayor interacción de peatones y de todo tipo de vehículos, motorizados y no motorizados».

En este sentido, ambas ONG, destacaron que en Bahía Blanca, legisló y puso en vigencia la “zona 30” en las 36 manzanas del centro bahiense y en la carretera de Parque Mayo, el pulmón verde de la ciudad.

En esta ciudad bonaerense las mediciones de siniestralidad vial «ya están mostrando una reducción del 67% en la cantidad de siniestros acaecidos en la zona desde la implementación de la medida en comparación con igual período del año 2019», indicó Luchemos por la Vida.

Por ello consideraron los resultados «alentadores» y anticiparon que «se verán, sin duda incrementados, con la continuidad de controles eficaces y sanciones efectivas que demuestren que esta política llegó para quedarse». 

Entre los fundamentos de la propuesta agregaron:

  • A mayor velocidad, hay mayor probabilidad de que ocurra un choque.
  • Si ocurre un choque, el riesgo de muerte y lesiones serias es mayor a velocidades más altas.
  • En países/ regiones de ingresos altos, la velocidad contribuye en alrededor de un 30% a las muertes en el tránsito, mientras que en algunos países/ regiones de ingresos medios y bajos la velocidad está involucrada aproximadamente en la mitad de las muertes en el tránsito.

Los enfoques para la gestión de la velocidad incluyen:

  • construir o modificar caminos para que incluyan características que calmen el tránsito, como rotondas, reductores de velocidad, etc.;
  • establecer límites de velocidad acorde a la funcionalidad de cada camino;
  • hacer cumplir los límites de velocidad;
  • instalar tecnologías dentro de los vehículos como, por ejemplo, sistemas de asistencia de velocidad inteligentes;
  • concientizar sobre los peligros del exceso de velocidad a través de campañas.

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