Dévora Kestel: «Con la pandemia aumentó un 25% la gente con depresión y ansiedad»

La directora de Salud Mental y Consumo de Sustancias de la OMS, Dévora Kestel, señaló hoy que por la pandemia de Covid-19 aumentó un «25% la gente con depresión y ansiedad» en el mundo y alertó sobre el impacto del «cambio climático en la salud mental» de los jóvenes «preocupados por un futuro incierto», antes de su participación en la 5° Cumbre Mundial de Salud Mental (GMHS, por sus siglas en inglés).

«Nuestro Presidente, Alberto Fernández, definió a la salud mental y a los consumos problemáticos como un tema prioritario en salud pública, con la convicción de que no hay salud sin salud mental y que no hay salud mental sin justicia social, sin perspectiva de derechos humanos y de género», dijo la ministra de Salud, Carla Vizzotti, en Roma, al postular -entonces- como sede a la capital argentina, la primera ciudad latinoamericana elegida para este encuentro.

Antes de la Cumbre, Kestel dialogó con Télam y contó que el objetivo del encuentro es intercambiar «experiencias exitosas en las distintas realidades» y permitir que se vislumbren «caminos posibles para avanzar en políticas de salud mental que respondan a las necesidades de cada país, porque actualmente no es así».

Los procesos de desmanicomialización; los determinantes sociales, económicos y ambientales de la salud mental; el impacto del cambio climático y ambiental en la salud mental; la salud mental y bienestar en los lugares de trabajo, serán algunos de los ejes temáticos de talleres y conferencias.

«La mayor parte de las personas con problemas de salud mental no encuentran respuestas de parte de las autoridades de salud porque hay muy poco presupuesto, muy pocos servicios disponibles», dijo la funcionaria internacional.

«Salud mental, es salud, no enfermedad mental», subrayó Kestel.

Con respecto a la pandemia de Covid-19, tema que también será abordado en la Cumbre, explicó que desde la OMS confirmaron «lo que se temía»: que las medidas como «el aislamiento, el miedo, las muertes, los duelos, la escuela en casa o el doble trabajo de las mujeres en la casa, iban a tener un impacto en la salud mental».

Pero no sólo la pandemia tuvo impacto sobre los jóvenes, también lo tiene el cambio climático, sobre todo las implicaciones en la salud mental «cuando hablamos de inundaciones, terremotos o migraciones», advirtió.

El cambio climático genera en muchos jóvenes lo que en Europa se denomina «ecoansiedad», que significa la preocupación por un «futuro incierto».

En ese sentido, la experta explicó que si los servicios están centralizados en hospitales psiquiátricos «cuando hay una necesidad por un hecho vinculado al cambio climático, no hay servicios en la comunidad disponibles», y destacó la importancia de llevar a cabo una «desinstitucionalización» o cierre de instituciones (manicomios) que alojan a personas que atraviesan padecimientos psiquiátricos.

En Argentina, el 25 de noviembre de 2010, fue aprobada la Ley Nº 26.657 que supuso un cambio de paradigma en materia de salud mental en concordancia con los tratados internacionales y las exigencias de la OMS, en la medida en que implica pasar de un modelo «hospital céntrico», tutelar y de aislamiento, a otro basado en la atención en hospitales generales y una red integrada de dispositivos intermedios de base comunitaria (casas de medio camino y de convivencia, centros y hospitales de día, talleres y emprendimientos sociolaborales), la autonomía con apoyos y la inclusión social.

«A nivel mundial el 2% del presupuesto de salud está destinado a la salud mental, y entre el 60 y 70% de ese total va a hospitales psiquiátricos. Estos fondos se pueden utilizar de otra manera», sostuvo.

Luego explicó que «hay experiencias en muchos países del mundo en los que mueven a personas desde un hospital psiquiátrico, desde un manicomio a otra institución, y eso no es lo que estamos proponiendo».

También subrayó que «en los hospitales psiquiátricos -en general- hablamos de gente que vive ahí por cuestiones sociales, de pobreza, y no necesariamente por problemas psiquiátricos agudos», y «sabemos que hay gente que vive 5, 10, 15 años en esos lugares. Conocí una persona en Argentina que estuvo 48 años en un hospital psiquiátrico».

Por eso precisó que la propuesta de la OMS es llevar a cabo «procesos que, por un lado, limiten los ingresos de nuevas personas y aumenten los servicios en la comunidad en paralelo, de modo que la gente encuentre respuestas en la proximidad a su casa y no tenga que ir a un hospital psiquiátrico».

El tercer componente es aumentar «el número de altas», y para ello es necesario que se produzcan «oportunidades de trabajo, viviendas u otro lugar adónde ir» para las personas.

La meta es que las personas con problemas de salud mental, «por más que hayan estado graves alguna vez en su vida» obtengan «respuestas como otras personas con problemas de discapacidad física, que muchas veces tienen beneficios» a diferencia de aquellos que «por tener un diagnóstico psiquiátrico quedan automáticamente excluidos».

Entre los expertos internacionales que participarán en la cumbre se destacan el francés Frank Bellivier, la neerlandesa Renet van der Waals, el italiano Sergio Iavicoli, el inglés Tim Kendall, la italiana Giovanna Del Giudice y la canadiense Stephanie Priest.

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