Entrevista al Dr. Luis Boccalatte, el veinticinqueño con diploma de honor en la UBA

Boccalatte nació en la ciudad bonaerense de 25 de Mayo. Recibió el título de médico con diploma de honor en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Ha publicado más de 50 artículos científicos en revistas nacionales e internacionales, ha sido acreedor de diferentes premios académicos y se desempeña como miembro del comité editorial y/o revisor en diferentes journals de la especialidad. Finalizó su residencia en Cirugía General y su subespecialidad en Cirugía de Cabeza y cuello, Plástica y Reconstructiva cráneo-maxilofacial en el Hospital Italiano de Buenos Aires. Mantuvo una charla con 25 Digital contando sobre sus misiones humanitarias, su aporte en tiempos de Covid-19 y el recuerdo de nuestra ciudad.

_¿Cómo surge el acercamiento hacia las misiones humanitarias?

_ Yo empecé con esto de la sociedad humanitaria cuando estaba haciendo mi residencia en cirugía general en el Hospital Italiano por intriga, cada vez que se veía alguna oportunidad de hacer alguna misión, trataba de estar bien informado y preparado para lograr los objetivos de las misiones.

Las primeras misiones que hicimos fueron en Chaco, en el impenetrable, que fuimos tres veces. Esas misiones fueron más que nada sanitarias, pero no quirúrgicas, eran más de medicina preventiva y atención a los habitantes del lugar que está bastante desatendido. Entre el 2019-20 me conecté con otros tipos de O.N.G que se dedican a la ayuda humanitaria, una de ella fue una asociación de Estados Unidos, que se conoce como HALO Mission, con la que fuimos al Salvador, ahí estuvimos unos 10 12 días, realizando 70 cirugía, esa fue una de las primeras misiones internacionales con las que tuve contacto. Después, la última, fue con una ONG de acá de España, de una ONG que se llama Fundación Recover, hospitales para África, que tuve la oportunidad de últimamente hace más o menos 1 mes de ir a operar a Camerún.

_¿Qué nos contas de esta experiencia en África y como llegaste a ella?

Desde septiembre del año pasado empezamos a trabajar con la Fundación Recover, esta organización solo tiene atención en ciertos países de África, comenzamos a trabajar un poco como apadrinando uno de los centros de salud de Camerún viendo que todavía faltaba bastante trabajo para poder coordinar  una misión quirúrgica. Tenía un poco de complejidad al no haber recursos básicos necesarios, por lo que uno tiene que llevar prácticamente un quirófano en la maleta. Nunca la ONG había hecho en una misión quirúrgica, con lo cual tuvimos que hacer un proyecto con el equipo, presentándolo a la Fundación, entonces ahí si pudimos ir a un centro de la región oeste de Camerún que está bastante aislado de las principales ciudades.

El objetivo principal fue primero ver qué tipo de patologías se encontraban en el lugar y ver si se le podía dar una resolución quirúrgica, el segundo objetivo era poder operar la mayor cantidad de pacientes posible dentro de ese tiempo, con los recursos que contábamos para poder resolverlo. Se anotaron 31 pacientes, pudimos operar el 70% de los que acudieron. Nos encontramos con muchas dificultades, es un lugar bastante hostil, tienen cortes de luz frecuente, teníamos que operar con los celulares, con la luz del celular. Julio además, es una época de lluvias, con lo cual también se llovía bastante en alguna parte del techo, el instrumental la mesa era todo bastante precario, pero bueno, sabíamos que nos íbamos a encontrar con eso, pero pudimos salir satisfechos y la población muy agradecida.

_¿Qué reflexión te dejó esta misión en Camerún?

En estos contextos, poder captar todo lo que está alrededor. Uno puede dar una mirada, un abrazo, un gracias. Todas esas cosas también son importantes, pero sí que es verdad que uno requiere mucha plasticidad, mucha fortaleza para no flaquear en esos momentos y poder estar entero, pero es verdad que cuando uno vuelve, lo hace muy cansado, reflexivo, muy agradecido también porque siempre digo, yo creo que somos unos privilegiados. Cada uno de nosotros teniendo más o teniendo menos, somos unos privilegiados y no nos damos cuenta de lo que tenemos.

_En los tiempos de Covid estuviste liderando un grupo para realizar un estudio de gran aporte. Para ese entones, ¿En qué consistía tal proyecto?

Bueno, si te diría que yo estuve en la primera barrera ante el Covid-19, digamos, yo no tuve un rol muy importante, sino que lo han tenido más médicos clínicos, los especialistas. Además, como cirujano tuve un papel más lateral, lo que te puedo decir que es verdad que estuve liderando un grupo de investigación que tenía su base, digamos su origen en Inglaterra y de ahí extendiéndose en varios países del mundo. El estudio reveló que retrasar un procedimiento quirúrgico en pacientes Covid-19 positivos reduce la mortalidad. Para entonces, en ese momento dicho estudio aportó muchísimo porque claro, no se sabía nada sobre los pacientes quirúrgicos ante la Pandemia.

_Volviendo a las misiones, ¿Qué tenes pensado para el futuro?

Voy a seguir en la rama de la ayuda humanitaria con la ONG Recover, la idea de volver es más o menos para enero/febrero del año próximo, para poder darle seguimiento a la población. Poder enseñarles a los sanitarios de allá las pequeñas intervenciones menores para no tener que ir y volver, sino la idea de dejar un legado, dejar a alguien que lo pueda hacer, que nosotros lo tutoricemos, lo apadrinemos y que luego la población se pueda volver autosuficiente, digamos que no tenga que viajar un profesional de otro lado para poder resolver los problemas que los aquejan. Después también acá, en España hay mucha actividad con refugiados. Yo no tengo experiencia, pero la verdad que me interesaría muchísimo. Seguramente vendrán algunos proyectos para el año próximo porque no suelo quedarme quieto.

_¿Nos contas un poquito de tu historia en 25?

Yo nací y crecí en 25 de Mayo. Pasé por el Jardín San José y después al Colegio San Xabier. A los 12 años estaba fuera de casa ya que fui a Inchausti. Eso me ayudó mucho a poder ser bastante inquieto y moverme de un lado a otro sin dificultad, obviamente no quiere decir que no extrañe, pero te hace más independiente el haber ido a ese colegio. Tengo un excelente recuerdo de Inchausti, tuve una experiencia buenísima, si bien no seguí una rama agropecuaria. Fue una buena formación para poder seguir adelante ahí en ese contexto. Fui el primer universitario de mi familia, con lo cual también eso marcó mucho en la casa, el pertenecer a la clase media baja. Mi mamá cuidaba enfermos, limpiaba casas. Cuando pude empezar a estabilizar un poco más mi economía que fue en el sexto año de la carrera, comencé a dar una mano a mi familia también. Soy un convencido que él quiere, puede. Tengo un recuerdo muy, muy lindo, de amigos, familia, lugares de la ciudad. Es más, acá en mi casa, tengo un cuadro del mapa de 25 de Mayo.

*Por Fabi Monterroso para 25 Digital


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