Por Ramiro Egüen: «funcionarios que no funcionan en 25 de Mayo»

El mandatario no responde a las demandas ciudadanas y a sucesos graves que acontecen en el Distrito. El gobierno es un colador de problemas irresueltos y al gabinete lo inmoviliza la interna.

A menos de un año de ser reelecto, el Intendente Hernán Ralinqueo se esfuerza por demostrar, puertas adentro de su propio frente de gobierno, ser el primer kirchnerista, su lealtad a Alberto, Axel y Cristina, y tener de esa manera la bendición de César Valicenti (responsable del armado seccional), para ocupar un lugar preponderante en la lista a Senadores de cara a las próximas legislativas.

La semana pasada asistía en primera fila a un acto en la empresa Loma Negra, en la localidad de Olavarría, el gigante de la Séptima. Mientras tanto en el Municipio que lo eligió por cuatro años más, sucedían cosas de tamaña envergadura, sin que los vecinos y afectados tuvieran la palabra del Jefe Comunal para llevar tranquilidad y reconocer las responsabilidades que le tocan como máxima autoridad. No se escucharon de su boca las medidas que se adoptarán ni las decisiones políticas necesarias frente al caos y la anomia.

25 de Mayo vive un triste contexto de asaltos con violencia ejercida sobre las personas en poblado y en banda, con presencia de crimen organizado en el distrito, sobretodo en el Norte, todos irresueltos, muertes por tránsito descontrolado, protocolos incumplidos, decenas de muertes en un Geriátrico bajo la Dirección de su propia funcionaria de salud, destrozos en lugares públicos, sin encontrar de manera articulada una solución a ninguno de todos estos temas que azotan la tranquilidad en nuestra pequeña comunidad.

Es preciso distinguir las expectativas que tiene un Intendente de sus funcionarios, de lo que la gente espera de esos servidores públicos, que la continuidad de muchos no se compatibiliza con el desempeño esperado por las mayorías.

La cartera de Protección Ciudadana a cargo de Octavio Pavia es más bien un Comisariato Político. Acostumbrado a trabajar en las sombras, el funcionario permaneció mudo en la conferencia de prensa, cuando las preguntas se  tornaron puntuales y cortaron el relato del Secretario de Gobierno, Nicolás Lorenzo, que sin dudas ya no oculta su verdadero poder y que ha tomado las riendas del Gobierno Local, pero tampoco supo explicar más allá del diagnóstico que podemos hacer cualquiera de nosotros.

No pudieron hilvanar ninguna explicación sobre los sucesos del fin de semana anterior donde la ausencia de autoridad copó la Ciudad, y solamente intentaron deslindarse de responsabilidades, señalando que habían llegado motos de localidades aledañas. El pasado domingo la situación se repitió en el predio de la Laguna Mulitas donde se produjeron roturas, peleas, exceso de bebidas, y falta de aplicación cualquier protocolo propio del distanciamiento social.

La búsqueda de solución por parte del Ejecutivo Municipal fue prohibir la venta de combustible sin bidón homologado, lo cual no sólo no trajo ninguna mitigación en el problema del tránsito sino que complicó la actividad de muchos trabajadores que lo necesitan para sus actividades.

Pavia es el brazo ejecutor de muchas decisiones que surgen del núcleo más cerrado del poder local, un funcionario que dedica más tiempo al adoctrinamiento político de voces críticas y disidentes, haciendo sancionar bomberos voluntarios por criticarlo, perseguir comunicadores y opositores, haciendo uso y abuso de poder de una cartera tan sensible del Municipio, cuyo nombre indica tener en miras nada menos que la protección de los ciudadanos, pero lejos está de conseguir su cometido.

Frente al constante fracaso de implementación de medidas diseñadas por este funcionario,  es imprescindible buscar otros responsables y es automática la respuesta, y no duda en trasladar esa carga a los uniformados, a quienes se los invita a dar la cara, pero que no los dejan participar como quisieran en la mesa de decisiones. Demás está decir que deben alinearse al poder político local, bajo apercibimiento de remoción, como ya ha sucedido.

La ausencia era y sigue siendo clara, la prensa y la comunidad querían escuchar al intendente Ralinqueo. Más notable aún es el silencio frente al desempeño de los funcionarios encargados de la salud, que cuando el COVID 19 era un problema del AMBA, había conferencias casi diarias para mostrar la buena administración de la pandemia por parte del Municipio veinticinqueño. Hoy, que la situación se ha tornado gravísima, se desnuda la irresponsabilidad de la máxima autoridad gobernante, quien pareciera le tomó miedo al micrófono y no quiere explicarles a los familiares de los fallecidos la verdad de lo que pasa, y las medidas que se van a tomar para que no siga sucediendo, como así tampoco que decisión existe sobre la Doctora Muñoz y el Geriátrico Renacer.

Pareciera incompatible con la imagen que intenta proyectar, y la campaña electoral  prematura que ha emprendido el Intendente hacia un cargo legislativo, tener que reconocer en público los errores y deficiencias de una gestión olvidada por sus aspiraciones políticas personales, ya que evidenciaría la falta de gestión eficiente y de resultados esperados al frente de los destinos de una comunidad, que por momentos olvida que le dieron tres años más de mandato.

Lo que sí resulta compatible para los que no lo viven a diario, es recorrer incipientes obras, como la que se inició en la Avenida 1, que por supuesto intentan ocultar problemas más profundos a pocas cuadras. Unicamente con fotos que no digan mas que lo que el aparato de comunicación quiere transmitir, salvaguardando que ningún medio de prensa se acerque y le consulte sobre los temas que preocupan a la ciudadanía.

En este contexto de claro abandono de la gestión, ésta se ha convertido en un verdadero colador, donde el gobierno persigue detrás los acontecimientos, donde falta una agenda de trabajo para un Distrito que busca la vida pacífica y el desarrollo, y la interna entre los integrantes del gabinete inmoviliza cualquier acción conjunta. El proyecto político de Ralinqueo siempre se basó en recursos, y aunque nunca lo reconocerá pudo hacer más con María Eugenia Vidal que con Kicillof.

La crisis complicó los panes de muchos, y aceleró los de irse de otros. Gobernar con recursos y en momentos de normalidad es sencillo. El desafío es administrar en tiempos de crisis. Un proyecto político que se esfuma cuando las condiciones favorables desaparecen, habla de la superficialidad e improvisación con la que se conduce un distrito. La salida elegante para no afrontar los problemas irresueltos es buscar una banca. La ciudadanía rehén del egoísmo político de a quien le confiaron su destino.

*Por Ramiro Egüen, referente del GEN en 25 de Mayo (BA)

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