Valentín Barco, el juvenil argentino que juega con calma en los momentos más explosivos

Valentín Barco transmite calma. El escenario puede estar en su punto máximo de ebullición, las tribunas tronando descontentas por un escenario adverso pero Valentín hará lo que mejor sabe hacer: mantener la calma, agarrar la pelota y volver a intentarlo. Así fue el libreto de su aparición estelar en La Bombonera, en su presentación por Copa Libertadores en un cruce que su Boca Juniors perdía por 1-0 ante Deportivo Pereira. La Bombonera, Copa Libertadores, Boca Juniors y una derrota son ingredientes de una receta explosiva y la hinchada, una de las más pasionales del mundo, se lo transmitió a sus jugadores.

Fue entonces cuando Barco, el más joven de los 22 dentro del campo de juego, se hizo dueño del partido. Desplegó su carácter y su personalidad para ponerle una pausa al caos, hacerse cargo de la pelota y construir una remontada que él mismo selló en un cierre agónico y delirante: en su enésima proyección ofensiva, el incansable Barco llegó al fondo y tuvo la lucidez de tirar un centro atrás que Alan Varela transformó en triunfo con un cabezazo.

“Trato de no darle mucha importancia a la presión, siempre focalizándome en los partidos, en lo que tengo que hacer y respetar lo que me dice el técnico -dice Valentín Barco ante las cámaras de FIFA después de la victoria ante Uzbekistán en el debut de la Copa Mundial Sub-20-. “Después a lo de afuera trato de no darle importancia para poder estar concentrado en el partido y hacer las cosas bien”.

Barco fue titular en la presentación ante los uzbecos y disputó los noventa minutos en una tarde en la que fue uno de los nombres destacados. Y también, en un trámite en el que aportó su característica calma, más propia de un veterano que de un pibe que recién está dando su primeros pasos en primera división: la formación de Javier Mascherano empezó perdiendo por el tanto de Makhmudjon Makhamadjonov pero Alejo Véliz y Valentín Carboni respondieron para el 2-1 final. “La tranquilidad para jugar como lo veníamos haciendo fue clave, para no desesperarnos”, reconoce Valentín. “Pueden no salir las cosas pero ahí es donde tenemos que creer en nosotros, seguir como lo veníamos haciendo antes. Eso fue lo que nos llevó a dar vuelta el resultado”.

El segundo gol en la tarde santiagueña fue con participación decisiva de Barco, quien se combinó con Matías Soulé y Carboni para construir la chance que definió el mediocampista del Inter. El Colo, como lo apodan por el color de su pelo, responde: “Atacar es una de mis cualidades, ya lo saben todos porque es mi estilo de juego. Pero trato de darle mucha bola a la marca, en ganar los duelos defensivamente para poder ser un lateral mucho más completo. Y después en ataque soltarme y tratar de llegar al arco rival combinando con mis compañeros o desbordando y siempre tratando de ayudar al equipo”.

Barco es considerado el tres de Boca y ahora también de la Selección Sub-20. Desde chico construyó ambos sueños con una familia que hacía más de quinientos kilómetros por día para que pudiera entrenar: “Hicimos un sacrificio muy grande desde los ocho o nueve años. Y ahora llegar a la Primera de Boca, estar en la Selección, jugar un Mundial, miramos para atrás y estamos todos muy contentos de que sirvió ese sacrificio que hicimos”, responde Barco con la misma calma con la que soporta tempestades dentro del campo de juego.

Crédito: FIFA

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