Por INTA 25 de Mayo: «Estrés por calor en el engorde a corral de novillos»
Según el Instituto de Clima y Agua del INTA Castelar, el pronóstico muestra temperaturas medias por encima de lo normal para el trimestre diciembre – febrero, con una probabilidad de ocurrencia del 50 – 55 % (Figura 1).
El estrés por calor ocurre cuando, el calor interno producido por el metabolismo más el ambiental, supera la capacidad del animal para disipar el calor del cuerpo y mantener su temperatura normal. La carga de calor a corral suele ser mayor que en pastoreo. Esto se verifica por un aumento de la tasa respiratoria y del consumo de agua, y una reducción del consumo de alimento y del tiempo de rumia y descanso. Conociendo el índice de temperatura y humedad (ITH) se puede predecir el riesgo de estrés. En bovinos para carne, un ITH igual o mayor a 75 se considera nivel de alerta.
La susceptibilidad de los animales varía según la raza (europeas más susceptibles que índicas), el color de piel y capa de pelo (colores oscuros absorben mayor cantidad de energía), el temperamento (animales nerviosos más propensos que los calmos), el nivel de engrasamiento y dieta. Los animales más cercanos al punto de terminación son más susceptibles debido a su mayor peso y grado de gordura y a una menor capacidad pulmonar en relación a su peso corporal.
Mitigación del estrés por calor
Durante el verano, se registra un alto porcentaje de días con ITH igual o superior a 75. Por ello, se sugiere la incorporación de medidas preventivas para manejo de corrales:
1-Suministro de sombra para atenuar la intensidad de la radiación solar.
2-Acceso permanente a agua limpia y fresca.
No permitir el acceso libre al agua de bebida de animales extremadamente sedientos. Si bien infrecuentes, pueden ocurrir eventos de intoxicación por agua con desenlaces fatales.
3-Movimientos y trabajo con animales.
a-No hacerlo luego de las 10 am ni durante el atardecer de días peligrosos, ya que los animales necesitan las horas más frescas para recuperarse.
b-El tiempo de espera en los corrales no debe superar los 30 minutos.
4-Alimentación
a-Entregar la totalidad o al menos el 70 % de la ración al atardecer, así el calor de digestión se producirá durante las horas más frescas de la noche.
b-Reducir el consumo de energía para así reducir la producción de calor asociada al mantenimiento de vísceras y órganos y al calor de digestión.
-Disminuir la oferta de alimento en un 10 % durante el verano.
-Reemplazar parcialmente el grano por un forraje con alto contenido de fibra (25 % de la ración) de buena calidad (al menos 65 % de digestibilidad) para no reducir la performance de los animales. Un mayor consumo de fibra larga será conveniente para aminorar el riesgo de acidosis.
c-Existen aditivos dietarios formulados en base a aminoácidos y vitaminas o con ácidos grasos omega 3 que, por sus propiedades anti-inflamatorias, pueden incrementar la tolerancia al estrés térmico. Los ácidos grasos no generan prácticamente calor de digestión y lo ideal es que vengan formulados para ser ruminalmente protegidos, de manera tal que no afecten la flora ruminal ni que sus propiedades benéficas sean alteradas por esta última.
5-Controlar mosquita de los cuernos y otras, para evitar sumar más estrés.
6-Estar atentos al pronóstico de ITH y acentuar la vigilancia de los animales. Jadeo pesado, con boca abierta y babeo indica que se están superando las 120 rpm y se está en zona de peligro. En ese estado deben ser llevados a la sombra y mojados con agua fría; una vez normalizada su temperatura corporal se les puede dar acceso a agua de bebida.
Las prácticas de prevención y la observación de los animales, es el mejor método para cuidarlos de las altas temperaturas.