“A veces lo que empieza como una locura, puede convertirse en lo mejor de tu vida”

“Somos karatecas” así se presentan las hermanas Mocoso Di Carlo, entre risas un tanto tímidas.  Maia, Danna y Clara nos cuentan cómo se animaron a subirse a un tatami siendo unas pulguitas de tan solo 9 años. Parecen nerviosas, y con el pasar de los minutos se relajan y nos relatan su historia de lo que hoy es su pasión, el karate.

La charla la comienza Dana dándoles pie a sus hermanas para que se sumen a la charla

Danna: -Empezamos karate a la edad de 9 años con la idea de defensa personal nunca se cruzó por la cabeza hacerlo para competir, al principio comenzamos Maia y yo que somos gemelas, lo hicimos en el Dojo Shingi-tai del club Argentinos, con el Sensei Jorge Pamato.

-¿Se acuerdan del primer torneo?

Maia: – Si, el primer torneo fue en Sportivo, era un regional, ya en ese torneo clasificamos las dos y terminamos haciendo podio primero y segundo lugar respectivamente, y desde ese día no paramos de competir. Y siempre hemos logrado hecer podio, ahora participamos en los torneos de Akban

Clara: – el mío fue en el 2018 fue un regional, al principio no quería saber nada de competir me daba miedo, pero eso fue antes , ahora me gusta participar de todos los torneos.

-¿Que son los torneos de Akban?

El Akban es la asociación de karate que organiza torneos, en el cual nos fue muy bien y eso nos abrió las puertas para participar en torneos a nivel nacional, obteniendo muy buenos logros, y hasta llegamos a ingresar al ranking nacional del karate en los dos primeros lugares en los últimos años, eso nos da la oportunidad de participar en los torneos Evita, que ese torneo tiene una historia- agrega su mama Valeria entre risas

-¿A ver? ¿Cómo es la historia?

En los torneos Evita se clasifica un solo participante por categoría y como nosotras al ser gemelas teníamos el mismo peso, y la misma altura, no podíamos participar las dos, la única posibilidad que ofrecieron fue que una de las dos aumentara el peso, y así fue, logramos participar en categoría diferente y la historia termina con final feliz clasificamos las dos viviendo una linda experiencia. Eso nos alentaba a querer participar en más torneos hasta que llego la pandemia.

— ¿Y como les fue con la pandemia?

Y eso nos dejó parada muchos meses y cuando retomamos fue mediante clases virtuales, pero era muy complicado por la falta de espacio, no es lo mismo entrenar en el dojo que en una casa, y optamos por hacer actividad física como salir a correr, hasta que de a poco volvimos a clases presenciales y llegaron los torneos, el primero fue en Córdoba, aunque yo no pude competir por un problema de salud que por el momento me tiene alejada de Karate- nos aclara Maia.

-¿Y como se sintieron con el hecho de que solamente podía competir ya que siempre lo hacían juntas?

Danna: – el pase mal de verdad, acostumbrada a tener mi compañera constantemente pase a estar sola aparte por protocolo no podía pasar nadie que no fuese competidor. Una experiencia con una mezcla de sentimientos por un lado la alegría de volver logrando hacer podio y a la vez triste por la situación de Maia

-¿Cómo solventan los gastos? ¡Porque es un deporte muy caro!

Hasta el año pasado teníamos sponsors, pero como por la pandemia no competíamos, nos dejaron, entonces mama realiza rifas para los gastos que son muchos, desde los karateguis hasta el hospedaje, por suerte la gente responde, de hecho, nos planteamos dejar de competir, realmente es muy costoso

-Todo ese esfuerzo tiene su recompensa, porque una de ustedes fue seleccionada para participar.

Si justo cuando decidimos dejar las competencias nos llegó la noticia que yo (Danna) fui preseleccionada para el proyecto YOG, es un proceso de detección y selección de talentos de cara a los Juegos Sudamericanos 2022. Muy feliz por eso, no lo esperaba, ahora más que nunca voy a dar lo mejor seguir aprendiendo y quiero aprovechar para agradecer a toda esa gente que de una o de otra manera nos dan una mano. Quien iba a decir que lo que empezó como una locura se convirtió en lo mejor de mi vida.

*Por Fabi Monterroso para 25 Digital

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