Por Rubén Baldo: Chau «Lole» Reutemann

Por Rubén Baldo: Chau «Lole» Reutemann

Carlos: Si no me equivoco fueron 27 años (1965-1982) de seguir tus actuaciones.

Para mi aquella carrera de Capilla del Monte, fue donde te descubrí, conduciendo la berlina 1500 donde ya marcabas algunas diferencias. Te acordás que en las curvas que eran más difíciles, te tomastes el trabajo de marcarlas con pintura. Eras un recién aparecido, tal es así, que teníamos algunas dudas con tu apellido; pues don Pedro Heredia (periodista de Carburando) lo pronunciaba: Reutemann.

Te destacastes enseguida como lo que fuistes: Un gran piloto, con la berlina 1500 patrocinada por Fiat Grossi y luego integrando el equipo oficial de la Scuderia Fiat, cuyo debut fue en el Gran Premio del año 1967 donde se presentaron 4 cupés nº 201 vos, nº 203 «Bebe» Pedelaborde, nº 204 «Picho» Pascualini nº 208 «lito» Galuzzi y tres berlinas nº 213 «Paco» Mayorga nº 222 Roque Namur y nº 48 Parra-Carretero Tu 1500 venia herido. La orden del equipo era que ganaras vos, mientras Mayorga venía cuidando tu espalda, hasta que, en la última etapa, ya, cerca de la meta, no contastes con que el motor hizo tal explosión que la palanca de cambios tocó el techo.

Fueron muchas carreras y muchos éxitos, pero hay dos que siempre recordaré. Uno fue aquel Gran Premio del 69, que se largó en Bahía Blanca, hasta Tierra del Fuego, y la vuelta por la ruta 40 los Peugeot le pegaron un baile bárbaro a los Fiat, pero llegó el paso por el camino de los Siete Lagos y, ¿quién lo gano? “Vos”, como diría la tribuna: les pegastes un baile bárbaro y la otra carrera, sabés, no la ganastes, pero fue un derroche de manejo en Capilla del Monte (circuito alturas de Punilla) tres cupés 1500 con tres aprendices al volante (ja ja) «Cacho» Franco, » el Chino» Canedo y vos. Sencillamente inolvidable.

Siempre fuí hincha de Ford, así que cuando te integrastes al TC, con el Falcon angostado primero y el Huayra luego, me hizo feliz. Te acordás, llegastes a correr un carrera en ruta, con el Falcon, fue la vuelta de Santa Fe con Avelino Andrade de acompañante y en la famosa curva de Chapuy te despistastes junto a Carlos Pairetti, quien iba con el Barracuda, y tu declaración fue: no entiendo estas carreras, son siempre a fondo. Mientras tanto, en la incipiente Fórmula2 nacional, hacías tus primeras carreas en monopostos con el BWA-Fiat del equipo del ACA, para destacar que para una temporada de la Fórmula Europea. El periodismo te votó a vos y a Carlos Marincovich para correr en el equipo de Ron Harris con autos Tecno. Estos eran muy malos, pero los dueños del diario La Razón habían traído un Brabham flamante para Eduardo Copello. En las tres primeras carreras (El Maestro) no anduvo bien y para la última te convocaron a vos, y ahí presentastes tus credenciales y anduvistes junto al grupo de punta para alegría de todos.

Al poco tiempo, se formó el equipo del ACA con Hector Staffa de director, y Pilotto y Quaglia como mecánicos. Siempre habías impresionado por ser un piloto muy fino, pero el día del debut en Hockeinhem, cuando era largo, en la primera vuelta lo tocastes y sacastes fuera de la pista a Jochen Rindt, que era una estrella. Tal es así que ese año fue campeón de la Formula 1.

Lo que siguió es más conocido, el primer F1: El primer F1 fue un Mc Laren MA7 de Joackin Bonnier corriendo en Bs.As., junto a Formulas 5000 de EE.UU. A fines de 1971 debutastes en Brand Hatch con un Brabham BT 33, prueba que se corría todos los años y se llamaba «Carrera de los Campeones» fue el día en que se mató un grande: Joseph Siffert. Para 1972 en el equipo Brabham, primera carrera en Buenos Aires, con el BT 34 y tu compeñaro de equipo, nada más y nada menos, que Graham Hill, con el BT33. Hicistes el uno en la clasificación y largastes en primera fila, junto a Jackie Stewart. No te andabas con chiquitas, eras bueno de verdad.

No podré olvidar el GP de Argentina del 74, pero rapidamente ganastes en Sudáfrica el GP de Brand Hatch del 78, con aquella maniobra superando a Niki Lauda, Long Beach 78 con la Ferrari 312 T3.

Recuerdo una nota de Miguel Angel Merlo en La Razón, contando que, en los entrenamientos y clasificaciones tu auto volaba y Mauro Forghieri, seguía tocándolo, y Merlo tenía ganas de decirle, por favor no lo toque más que así está bien y corremos el peligro de que pierda rendimiento. No hizo falta, ganastes de bandera a bandera. En el GP de Monaco 81, con el Williams F 07, habías agarrado la punta con buena ventaja y comenzó a llover, te levantabas la visera del casco para poder ver mejor. Ese día lloramos todos, porque en la última vuelta, cuando doblastes en La Rascasse y encarastes la recta final, el recordado Hector Acosta, quien relataba la carrera, comenzó a llorar y, junto a él, todos los que te hemos admirado.

Fueron 8 años de Fórmula Uno en los mejores equipos (por algo te eligieron). Paso por alto tus incursiones en Rally y Sport Prototipos.

Solo dos cosas más: Para finalizar, en el año 1981 hice una promesa para ver si ayudaba a que fueras campeón, me dejé la barba, cosa que nunca me gustó y la tuve desde enero hasta aquel 17 de octubre de 1981. Y la otra es contar el lado romántico que tenías y que tal vez muchos no conozcan: cuando intentabas seducir a quien fue tu señora y madre de tus dos hijas, le enviabas un ramo de rosas con una tarjeta que simplemente decía «¿SERA ?».

No sé cómo decirte chau, me cuesta… así es la vida, quienes hemos disfrutado de tu campaña, estaremos recordándote por siempre.

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