Crece el malestar por la falta de segundas dosis de la vacuna Sputnik V

Desde un primer momento, la idea de la Ministra de Salud Carla Vizzotti de aplicar una sola dosis de las vacunas y extender la segunda obedecía a una decisión más política que epidemiológica. De esta manera, el Gobierno hoy puede decir que vacunó a más del 30% de la población (aunque con las dos dosis esa cifra se reduce al 8%).

Además, esta política desembocó en otro inconveniente previsible: la ausencia del segundo componente de vacunas Sputnik V. A medida que pasan los días crece la preocupación de quienes recibieron la primera dosis hace más de tres meses y no tienen novedades de cuándo llegará el refuerzo.

Si bien Vizzotti ahora indicó que «ninguna dosis vence», el esquema sí, ya que se supone que, en el caso de la vacuna rusa, no deben pasar más de tres meses entre la aplicación de ambos componentes (algunos expertos ahora dicen que pueden ser cuatro meses). Si el plazo se extiende demasiado no vencerá el efecto de la primera dosis, pero la segunda no cumplirá su efecto de refuerzo. Los creadores de la Sputnik V (el instituto Gamaleya) ha fijado plazos; por lo tanto, el Gobierno no tiene más opciones que traer de manera urgente alrededor de dos millones de dosis del segundo componente para finales de mes, o bien, admitir el fracaso de esta gestión.

Mientras tanto, desde la oposición no cesan las críticas a la Ministra de Salud y al Presidente Alberto Fernández por esta cuestión.

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