Ramiro Egüen: “a Ralinqueo se le hizo una “Laguna” en la gestión»

El estado actual del espejo de agua es incompatible con el turismo rural que pretende el Intendente, y el fiel reflejo del abandono de su administración.

La política del anuncio, de la firma de convenios, de la puesta en escena, con presentaciones y anuncios que no llegan a concretarse nunca, atraviesa la gestión de Hernán Ralinqueo, quien desespera por las fotos con funcionarios provinciales y nacionales, que lo reciben pero le dan muy poco. En muchos casos el aviso es hasta dos veces sobre la misma obra, pero lamentablemente en la práctica se lleva adelante media. La Laguna Mulitas es sin dudas un ejemplo de ello.

Para 25 de Mayo significa un ícono histórico, en rededor del cual se gestó nuestra localidad, y que es símbolo y referencia de un punto en el mapa, y que por sus características solía atraer la visita de propios y ajenos.

Hoy día, el espejo de agua es modelo del abandono de la gestión municipal, la cual presenta grandes contradicciones, sobretodo con la reciente ordenanza de turismo rural que fue pedida por el Intendente para regular dicha actividad, en un contexto que, más allá de lo desfavorable, no estimula por parte del estado una línea de trabajo sostenible y mancomunada para ofrecer atractivos ciertos en nuestro distrito. Sin dudas, que con dicha normativa se priorizó la creación de una herramienta para cobrar una tasa mas de inspección de algunos establecimientos, que ya abonan la Tasa de Seguridad e Higiene.

La Administración Ralinqueo mostró cierto interés en el desarrollo del predio de las Mulitas en el comienzo de su primer mandato, y contrató a quien hoy actualmente es el Subsecretario de Hidráulica de la Provincia, para que se realizaran los estudios correspondientes y se llegara a una solución del ecosistema que habita allí, pero a las claras está que ese dinero no sirvió para conseguir el fin buscado.

Tampoco se destinó el dinero recaudado por la tasa de ambiente que según su norma creadora, el cincuenta porciento de su recaudación debería destinarse en dicho predio. Pero a la vista está que nuestro principal punto de interés turístico, está en un estado calamitoso.

La falta de inversión pública desalienta la privada, y muchos interesados en depositar su confianza económica en nuestra localidad, y colaborar en el impulso de un activo valioso que tenemos, han bajado los brazos por falta de planificación y acompañamiento estatal.

También con este estado se afecta por completo la labor de las instituciones que tienen como objeto la explotación acuática, tal es el caso del Club de Pesca, quienes a pesar del gran esfuerzo por sostener y ampliar las instalaciones, el principal medio que justifica su existencia, sólo cuenta con unos pequeños claros para tirar la caña.

Una laguna de estas características, ubicada a tan sólo 15 cuadras de la plaza central, debería ser parte de una política de estado perdurable, donde se piense a largo plazo y no con miradas miopes y cortoplacistas que llegan únicamente al siguiente evento electoral.

Es sin dudas parte de nuestra pertenencia, de la historia y la cultura, del  ocio en familia y con amigos, asados y mates, que hoy no pueden ser acompañados por prácticas de kayak, canoa, wind surf y demás deportes acuáticos que tan bien se desarrollan en otras ciudades, que sí sus gobernantes le dan el valor que tiene, a una obra de la naturaleza como esta.

Las apariencias en este tipo de cosas son imprescindibles para conseguir la captación, visita y el desarrollo que necesitamos como comunidad pequeña. Cuando los baluartes de una sociedad se ven desvalidos, refleja muchas cosas.

Estoy convencido que en este caso estamos demostrando hacia afuera una realidad sobre nosotros que no es la que queremos, sino que la han decidido nuestras autoridades de turno por nosotros. Un Pueblo sumiso no es el que concreta sus sueños. Son los que de una manera contundente se plantan frente a la desidia, el abandono y la negligencia de aquellos quienes tienen a cargo lograr los cometidos, y son también los que defienden las cosas e instituciones que precian.

No deben olvidar los que tienen el poder que deben ser intérpretes constantes de la voluntad popular. En este y otros casos más, no lo están comprendiendo.

*Por Ramiro Egüen: dirigente del Partido GEN